Monday, May 14, 2012

Comunicando el Evangelio a través de Diferentes Culturas



Entendiendo las diferencias entre el Individualismo y Colectivismo.  

Dentro de la cultura podemos identificar dos cosmovisiones o perspectivas que sobresalen, las cuáles son el colectivismo y el individualismo. Ambas cosmovisiones son totalmente opuestas entre sí, y entenderlas nos ayudará en el proceso de entender como acercarnos a las personas de diferentes culturas. El ser humano es de por sí complejo y por lo tanto entender cada cultura será un gran reto para nosotros. Por un lado, el colectivismo ve a la sociedad como un todo homogéneo que valora la necesidad por las relaciones interpersonales, mientras que el individualismo percibe a la sociedad como una colección de individuos que valoran la necesidad de la autonomía individual.[1]

En términos generales, el colectivismo es una cosmovisión que se centraliza en la conciencia del “nosotros” y margina la conciencia del “yo”, mientras que el individualismo en caso contrario se centraliza en la conciencia del “yo” y marginaliza la conciencia del “nosotros”.[2] Podemos identificar dos variaciones del colectivismo: El vertical y el horizontal. El colectivismo vertical está basado en una jerarquía de relaciones de poder, y las redes sociales son reforzadas por jerarquías autoritarias. Este tipo de colectivismo lo podemos observar en las culturas asiáticas y africanas. El colectivismo horizontal, por otro lado está basado en una heterarquía.[3]  En este tipo de colectivismo, las tradiciones culturales y creencias juegan un papel mayor en unir a sus miembros.  El mejor ejemplo de este tipo de colectivismo son los postmodernos.

Por otro lado, dentro del individualismo, existen 3 ramas principales: El concepto del yo, la expresión del yo y la relacionalidad.[4] En cuanto al concepto del yo, el individualismo promueve la autonomía individual y motiva a cada persona a definir su identidad de acuerdo a su grado de individualidad. Acerca de la expresión del yo, el individualismo entiende que los seres humanos necesitan expresarse y por lo tanto promueve la obtención de metas y derechos personales.  Por último, en cuanto a la relacionalidad, el individualismo entiende que aún cuando las relaciones son importantes, los intereses personales y las metas personales deben determinar el tipo de relación que una persona debe tener.[5]

¿Cómo podrían influir en las estrategias de evangelización y misión del evangelista o misionero?

Hoy, uno de los principales problemas que tenemos como misioneros es cómo comunicar el Evangelio a través de diferentes culturas.  Muchos de nosotros hemos tenido diferentes oportunidades de comunicar el Evangelio a personas de nuestra propia cultura, y esto es maravilloso; sin embargo, el problema es cuando las personas no son de nuestra propia cultura. En muchas ocasiones fallamos en introducir a las personas a Jesús y entonces simplemente no podemos identificar por qué nuestro testimonio tiene tan poco impacto. 

La primera tarea al evangelizar a las personas es identificar si pertenecen a una cultura de cosmovisión colectiva o si pertenecen a una cultura de cosmovisión individualista.[6]  Dentro de las culturas individualistas, el personalizar el Evangelio será una táctica efectiva dentro de una cultura con esta cosmovisión con el objeto de que el mensaje sea recibido personalmente y comprendido efectivamente.  En las sociedades donde impera el colectivismo, enfocarse en un individuo en particular puede llegar a ser peligroso, especialmente si tal enfoque expone la vergüenza, las fallas o los defectos.  Por lo tanto la reformulación de la frase “todos han pecado” a “tú has pecado” no sería sabio.  Los misioneros y los antropólogos nos dicen que muchas culturas no tienen un concepto claro del pecado y del perdón, especialmente donde no existe un fuerte concepto de Dios.  En tales lugares, no obstante, existe frecuentemente un fuerte sentido de vergüenza, el cuál puede ser construido sobre el compartir el Evangelio.

En las culturas colectivas, la harmonía en las relaciones es un valor social importante. El violador de la harmonía carga la penalidad de la vergüenza, la desgracia y la desfiguración simbólica. Es verdaderamente interesante el ver que nuestro reto es el llegar a aprender las diferencias culturales con el propósito de comunicar el Evangelio de Jesucristo.  Esto sin duda que es un gran reto dado que no es fácil olvidar nuestra cultura con el propósito de introducir a las personas a Jesús. Jesús mismo nos dejó un gran ejemplo acerca de cómo compartir el Evangelio a través de diversas culturas. Por lo tanto, ahora es el tiempo de poner esto en práctica.  

¿Cómo podrían influir en el liderazgo cristiano?

Por último, para el líder cristiano, es sumamente importante entender el contexto cultural de las personas a las que está dirigiendo. Aquí se aplica el mismo principio que se utiliza en la propagación del Evangelio.  Como líderes, entendiendo que hemos sido llamados a hacer discípulos para Cristo, debemos entender la cultura y sus implicaciones en el proceso de formación cristiana de otros creyentes. De acuerdo al autor Estep: “Aún cuando la fe es apropiada dentro de los confinamientos culturales, su substancia es independiente de las influencias culturales.”[7]

Por lo tanto, a pesar de las diferencias culturales existentes, debemos reconocer que la Biblia debe ser la única base y estándar de la fe, independientemente de las formas religiosas que distinguen a personas de diferentes culturas. Sin embargo, la cultura no debe influenciar el contenido de la fe (basado en la Palabra de Dios). Por último, como líderes debemos entender que las expresiones espirituales o religiosas varían de persona a persona, dependiendo de qué tanto los individuos interiorizan sus propios valores culturales y creencias.[8] Al comprender esto, será más fácil el saber qué necesidades específicas tienen las personas que estamos desarrollando de acuerdo a su contexto cultural.    

OLIVER MARTINEZ 


[1] Estep, James R. Christian Formation: Integrating Theology & Human Development.  Nashville, TN: B&H Publishing Group, 2010. Pg. 276. 
[2] Estep, Pg. 277. 
[3] Singelis, Theodore M., et al. “Horizontal and Vertical Dimensions of Individualism and Collectivism: A Theoretical and Measurement Refinement,” Cross-Cultural Research, 29(3): 240-75. 
[4] Estep, Pg. 279. 
[5] Ibid, Pg. 279. 
[6] Ibid, Pg. 276. 
[7] Ibid, Pg. 292. 
[8] Ibid, Pg. 297. 

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