Entendiendo las diferencias entre el Individualismo y Colectivismo.
Dentro
de la cultura podemos identificar dos cosmovisiones o perspectivas que
sobresalen, las cuáles son el colectivismo y el individualismo. Ambas
cosmovisiones son totalmente opuestas entre sí, y entenderlas nos ayudará en el
proceso de entender como acercarnos a las personas de diferentes culturas. El
ser humano es de por sí complejo y por lo tanto entender cada cultura será un gran
reto para nosotros. Por un lado, el colectivismo ve a la sociedad como un todo
homogéneo que valora la necesidad por las relaciones interpersonales, mientras
que el individualismo percibe a la sociedad como una colección de individuos
que valoran la necesidad de la autonomía individual.[1]
En
términos generales, el colectivismo es una cosmovisión que se centraliza en la
conciencia del “nosotros” y margina la conciencia del “yo”, mientras que el
individualismo en caso contrario se centraliza en la conciencia del “yo” y
marginaliza la conciencia del “nosotros”.[2]
Podemos identificar dos variaciones del colectivismo: El vertical y el
horizontal. El colectivismo vertical está basado en una jerarquía de relaciones
de poder, y las redes sociales son reforzadas por jerarquías autoritarias. Este
tipo de colectivismo lo podemos observar en las culturas asiáticas y africanas.
El colectivismo horizontal, por otro lado está basado en una heterarquía.[3] En este tipo de colectivismo, las tradiciones
culturales y creencias juegan un papel mayor en unir a sus miembros. El mejor ejemplo de este tipo de colectivismo
son los postmodernos.
Por
otro lado, dentro del individualismo, existen 3 ramas principales: El concepto
del yo, la expresión del yo y la relacionalidad.[4]
En cuanto al concepto del yo, el individualismo promueve la autonomía
individual y motiva a cada persona a definir su identidad de acuerdo a su grado
de individualidad. Acerca de la expresión del yo, el individualismo entiende
que los seres humanos necesitan expresarse y por lo tanto promueve la obtención
de metas y derechos personales. Por
último, en cuanto a la relacionalidad, el individualismo entiende que aún
cuando las relaciones son importantes, los intereses personales y las metas
personales deben determinar el tipo de relación que una persona debe tener.[5]
¿Cómo podrían influir en las estrategias de evangelización y
misión del evangelista o misionero?
Hoy, uno de los principales problemas que tenemos como
misioneros es cómo comunicar el Evangelio a través de diferentes culturas. Muchos de nosotros hemos tenido diferentes
oportunidades de comunicar el Evangelio a personas de nuestra propia cultura, y
esto es maravilloso; sin embargo, el problema es cuando las personas no son de
nuestra propia cultura. En muchas ocasiones fallamos en introducir a las
personas a Jesús y entonces simplemente no podemos identificar por qué nuestro
testimonio tiene tan poco impacto.
La primera tarea al evangelizar a las personas es
identificar si pertenecen a una cultura de cosmovisión colectiva o si pertenecen
a una cultura de cosmovisión individualista.[6] Dentro de las culturas individualistas, el
personalizar el Evangelio será una táctica efectiva dentro de una cultura con
esta cosmovisión con el objeto de que el mensaje sea recibido personalmente y
comprendido efectivamente. En las
sociedades donde impera el colectivismo, enfocarse en un individuo en
particular puede llegar a ser peligroso, especialmente si tal enfoque expone la
vergüenza, las fallas o los defectos. Por
lo tanto la reformulación de la frase “todos han pecado” a “tú has pecado” no
sería sabio. Los misioneros y los
antropólogos nos dicen que muchas culturas no tienen un concepto claro del
pecado y del perdón, especialmente donde no existe un fuerte concepto de
Dios. En tales lugares, no obstante,
existe frecuentemente un fuerte sentido de vergüenza, el cuál puede ser
construido sobre el compartir el Evangelio.
En las culturas colectivas, la harmonía en las relaciones es
un valor social importante. El violador de la harmonía carga la penalidad de la
vergüenza, la desgracia y la desfiguración simbólica. Es verdaderamente
interesante el ver que nuestro reto es el llegar a aprender las diferencias
culturales con el propósito de comunicar el Evangelio de Jesucristo. Esto sin duda que es un gran reto dado que no
es fácil olvidar nuestra cultura con el propósito de introducir a las personas
a Jesús. Jesús mismo nos dejó un gran ejemplo acerca de cómo compartir el
Evangelio a través de diversas culturas. Por lo tanto, ahora es el tiempo de
poner esto en práctica.
¿Cómo podrían influir en el liderazgo cristiano?
Por último, para el líder cristiano, es sumamente
importante entender el contexto cultural de las personas a las que está
dirigiendo. Aquí se aplica el mismo principio que se utiliza en la propagación
del Evangelio. Como líderes, entendiendo
que hemos sido llamados a hacer discípulos para Cristo, debemos entender la
cultura y sus implicaciones en el proceso de formación cristiana de otros
creyentes. De acuerdo al autor Estep: “Aún cuando la fe es apropiada dentro de
los confinamientos culturales, su substancia es independiente de las
influencias culturales.”[7]
Por lo tanto, a pesar de las diferencias
culturales existentes, debemos reconocer que la Biblia debe ser la única base y
estándar de la fe, independientemente de las formas religiosas que distinguen a
personas de diferentes culturas. Sin embargo, la cultura no debe influenciar el
contenido de la fe (basado en la Palabra de Dios). Por último, como líderes
debemos entender que las expresiones espirituales o religiosas varían de
persona a persona, dependiendo de qué tanto los individuos interiorizan sus
propios valores culturales y creencias.[8]
Al comprender esto, será más fácil el saber qué necesidades específicas tienen
las personas que estamos desarrollando de acuerdo a su contexto cultural.
OLIVER MARTINEZ
OLIVER MARTINEZ
[1] Estep, James R. Christian
Formation: Integrating Theology & Human Development. Nashville, TN: B&H Publishing Group,
2010. Pg. 276.
[3] Singelis, Theodore M., et al. “Horizontal and Vertical
Dimensions of Individualism and Collectivism: A Theoretical and Measurement
Refinement,” Cross-Cultural Research,
29(3): 240-75.
[6] Ibid, Pg. 276.
[8] Ibid, Pg. 297.
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