Monday, May 14, 2012

Viviendo bajo la Gracia de Dios


En su práctica cristiana, ¿le encuentra más inclinado a vivir basada en la ley o más a vivir basada en la gracia?
 
Esta es una pregunta por demás interesante, dado que no es muy fácil responderla. Personalmente creo que por muchos años tuve una tendencia a vivir basado en la ley.  Esto se lo debo al ambiente en el cuál crecí, en el cuál aprendí a vivir una vida religiosa y legalista.  No quiero cometer el error de ser un mal agradecido por todas las cosas que aprendí en la iglesia desde que era un niño. No obstante, con el tiempo fui descubriendo que crecí en un ambiente en el que aprendimos a vivir la vida cristiana siguiendo leyes de hombres y no basados en la gracia de Dios.  Esto me llevó a vivir de alguna manera una doble vida, en la que exteriormente aprendí a vivir de acuerdo a leyes humanas y a mostrar una aparente piedad, pero por adentro llevaba ocultos muchos pecados, complejos e inseguridades que nunca tuve la confianza de externarlos con nadie por temor al qué dirán. Esto fue así dado que, como argumenta el autor Boa: “El legalismo enfatiza un grupo de reglas externas y prohibiciones en lugar de enfocarse en la vida interna en el Espíritu.”[1] Esto fue la historia de mi vida por muchos años. Sin embargo, ahora que soy ser un líder cristiano, he podido experimentar una transformación en mi vida dado que Dios me ha llevado hasta un punto de quebrantamiento en el que las áreas más oscuras de mi vida quedan expuestas ante la gracia y el amor de Dios. He descubierto que por mucho tiempo estuve cargando con el yugo de la culpa y el rechazo.  Pero esa no es la clase de vida que Dios quiere para mí. Dios cambió para siempre mi manera de entender la vida cristiana.  Ahora puedo disfrutar la gracia de Dios como nunca antes lo había hecho en mi vida.   Dios me ha mostrado que solo por Su Gracia y Su amor incondicionales mis necesidades más básicas son suplidas: Amor y aceptación, significado e identidad, competencia y realización.[2]
 
¿Qué efecto tiene sobre sus relaciones con Dios y otros?

En primer lugar, el efecto que tiene sobre mi relación con Dios es grande dado que hoy puedo entender que Dios me ama profundamente y me acepta tal y como soy, pero que no me quiere dejar así. Hoy puedo entender que solamente a través de la fe en Jesús y del poder de la gracia de Dios en mi vida puedo encontrar el camino a la completa recuperación de mis complejos, inseguridades, adicciones y temores.  Hoy me alegro de tener una relación íntima y personal con Jesús, y sé que aún cuando todavía sigo enfrentando luchas personales y problemas, puedo disfrutar de la gracia y del amor de Dios. Tengo la confianza de que Él aún no ha terminado conmigo y que completará la buena obra que comenzó en mí. Ahora sé que cada prueba o tribulación que viene a mi vida, tiene un propósito y que Dios siempre me dará la salida de manera que puede soportarla.  Por otro lado, el efecto que tiene sobre mi relación con otros es sorprendente ya que ahora tengo la libertad para amar y aceptar a las personas tal y como son, sin poner sobre ellas todas las cargas y enormes demandas que habían sido puestas sobre mí en el pasado.  Ahora Dios me ha permitido ser un ministro que ayuda a las personas a ser restauradas de sus problemas personales y a experimentar la libertad total que solamente es alcanzada por medio de la gracia de Dios.  Ahora puedo decirles a las personas que no tienen que vivir derrotados, y que Dios nos ha provisto de Su Cuerpo, la iglesia, para que podamos ser restaurados a través del amor y de la comunión con otras personas.  La clave está en permanecer en Cristo, y su vida en  nosotros puede afectar cualitativamente cada aspecto de nuestra existencia, incluyendo nuestra familia, trabajo, pensamientos, actitudes y nuestra forma de hablar.[3]

¿Qué efecto tiene sobre sus expectativas de su liderazgo y el liderazgo de otros?

Por último, el efecto que tiene sobre mis expectativas de mi liderazgo y el liderazgo de otros gira alrededor del mismo principio: Entender y experimentar la libertad que nos trae la gracia y el amor de Dios, y comprender lo destructivo que puede ser el vivir bajo el yugo del pecado y el legalismo.  Ahora, puedo entender como líder de manera personal y comunicar abiertamente a los líderes de nuestra iglesia que nuestro crecimiento cristiano no es logrado a través de reglas externas o rituales, sino a través de una relación interna con Cristo Jesús.[4] Cada uno de nosotros somos responsables de cultivar nuestra relación personal con  Cristo de manera diaria, dependiendo cada día de Su gracia y Su poder. Solamente entendiendo  nuestra condición como esclavos de Cristo y sometiéndonos a Su Señorío es que podemos experimentar una verdadera libertad. Esto nos permitirá evitar muchos conflictos interpersonales derivados de no comprender correctamente cuál es nuestra verdadera identidad, la cual debe estar basada únicamente en Cristo. El autor Boa concluye: “Dicha libertad siempre conlleva responsabilidades y consecuencias. Por lo tanto, no solamente debemos conocer la verdad, sino que también debemos ponerla en práctica.”[5] 
Usted tiene plazo hasta las 11:59 p.m. (EST) del domingo del Módulo/Semana 5 para publicar la secuencia, y hasta las 11:59 p.m. (EST) del domingo del Módulo/Semana 6 para publicar las respuestas.

OLIVER MARTINEZ


[1] Boa, Kenneth. Conformed to His Image: Biblical and Practical Approaches to Spiritual Formation. Grand Rapids, MI: Zondervan, 2001. Pg. 119.   
[2] Boa, Pg. 108. 
[3] Ibid, Pg. 119. 
[4] Ibid, Pg. 120. 
[5] Ibid, Pg. 121. 

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