Thursday, September 24, 2009

EL SUFRIMIENTO Y EL CARACTER CRISTIANO

Aunque hay mucha diferencia en el grado de sufrimiento, todos los cristianos enfrentamos sufrimientos, con la finalidad de hacernos crecer aun más fuertemente en la fe.

Pues, en el mundo natural tenemos grandes olas y tifones. Ellos agitan el mar cuando pasan, pero es necesaria la presencia de las tormentas y los tifones, para que el ecosistema natural sobreviva. Ya que los tifones agitan y purifican el mar, permitiendo que el oxígeno se penetre más a lo profundo del mar, así tanto los peces como las plantas pueden sobrevivir. De manera que las grandes tempestades son necesarias para dar vida al mar y purificar el ambiente natural.

Así mismo, las tribulaciones al momento producen dolores y sufrimientos, pero su fin es para formar en nosotros una nueva etapa de vida espiritual.

Un vendedor de peces, en una ciudad de los Estados Unidos, quería vender peces muertos, pero nadie los quiso comprar. En un intento de traer peces frescos, llenó el tanque de agua con las aguas del mar y colocó allí los peces, pero también murieron. Sin embargo, en otra tienda estaban vendiendo peces frescos. Extrañado preguntó cómo era posible, pero el dueño no quiso enseñarle su secreto. Luego de un tiempo le confesó el secreto. Cuando él traía los peces, colocaba también dentro del tanque un pez gato; y ellos para sobrevivir del ataque del pez gato, se mantenían despiertos.

Asimismo para nosotros las tribulaciones y las pruebas difíciles al momento son como este pez gato; tratan de devorarnos, de producir dolor, pero si nos mantenemos despiertos, en arrepentimientos y en oración, podremos gozar de una vida espiritual más maduros.

¿Por qué es necesario padecer sufrimiento?

Primero, para que nuestro carácter de vida devocional sea perfumado es necesario padecer sufrimiento. ¿Saben ustedes cómo se hacen los vinos y el aceite de oliva? Primero, toman las uvas del árbol y los colocan dentro de un barril grande y los pisan con los pies hasta que salga el sumo de las uvas. Dejando a las uvas en su estado natural, no se convertirá en vino; ellos deben ser pisados sin piedad, entonces se convertirá en sumo aromático y en delicioso vino.

Asimismo el fruto del olivo. Deben bajarlos del árbol y molerlos con un molino; entonces saldrán de allí aceite aromático. El aceite se usa para las lámparas de las iglesias, para echar sobre las heridas, o para uso de belleza y para hacer jabón. Tanto las uvas como el fruto del olivo son molidos para usarlos.

La vida de los cristianos muchas veces se compara con estos árboles. De modo que nuestra vida devocional no es ordinaria, porque somos como estos árboles pisoteados y molidos para que así salga el aceite y perfume. Esta experiencia traerá grandes cambios en nuestra vida. Si nuestra vida es ordinaria no sentiremos la necesidad del arrepentimiento; porque cuando estamos cómodos no reflexionamos sobre sí mismo. Pero cuando llegan los sufrimientos como el pisoteo y la moledura, se quebranta y esta es una gran oportunidad para el arrepentimiento.

OLIVER MARTINEZ

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