Thursday, September 24, 2009

A LA ALTURA DEL NOMBRE

Una cristiana recién convertida estaba leyendo los Evangelios, recorriendo así desde Mateo hasta Juan. Su deseo fuerte era de conocer y aprender acerca de la vida y persona de Jesucristo. Cuando terminó de leer, le dijo a una amiga suya que quería leer un libro sobre la historia de la Iglesia Cristiana. Cuando la amiga le preguntó la razón de su interés, la mujer le contestó: “Tengo mucha curiosidad por saber cuándo empezaron los cristianos a ser tan diferentes de Jesucristo”.

Podemos entender porque esta nueva conversa estaba tan perpleja. La realidad es que hoy día existe una gran disparidad entre las vidas de muchos que llevan el nombre de cristianos y la vida de nuestro Señor y Salvador Jesús. Lo peor del caso es que algunos creyentes están tratando de imitar a este mundo en el cuál vivimos, en vez de tratar de imitar, vivir y llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, pareciéndonos cada día más y más a Él.

Pero..... ¿Qué significa ser cristiano? ¿Qué tiene de especial este nombre?

• CRISTIANO: Palabra usada por primera ves en Antioquía para designar a los seguidores de Jesucristo (Hch. 11:26; 26;28; 1 Ped. 4:16), a los que también llamaban nazarenos (Hch. 24:5), hermanos (Hch. 9:17), discípulos (Hch. 9:36) y fieles (Hch. 10:45)

Tal y como el cantante cristiano Marcos Vidal nos lo hace ver, antes al mirar a los cristianos, la gente se decía: “Vean como se aman”, desgraciadamente hoy al contemplarlos, la gente se repite: “Vean cómo se separan” “Cómo se la viven peleando” “Y eso que dicen que son cristianos...” Antes tenían todas las cosas en común, oraban juntos en las noches, morían abrazados en la Arena del Circo romano por su fe en Cristo; hoy, desgraciadamente se la viven compitiendo por saber quien tiene mejor casa, mejor empleo, mejor coche, más dinero. Discuten si al orar hay que alzar o no las manos, se la pasan criticándose unos a otros, y cada día se separan más y más. Mientras tanto el mundo sigue muriendo sin poder ver la luz de Cristo que nosotros debiéramos reflejar.

Hemos hecho de nuestro nombre un mero formalismo, del cual muchas veces nos sentimos orgullosos y en ocasiones celosos, sin tener misericordia de la gente que no cree como nosotros. Nos hemos preocupado más por cuidar nuestra identidad denominacional, que por nuestro testimonio verdadero y efectivo a los que no han escuchado del evangelio de Cristo.

Han pasado casi 2,000 años desde que a los seguidores de Cristo los llamaron “cristianos” por primera vez. Hoy, los que hemos puesto toda nuestra confianza y nuestra vida en el Salvador, aún llevamos ese glorioso nombre y marchamos bajo el mismo estandarte que aquellos primeros creyentes.

Es mi deseo que tal y como expresaban de los cristianos primitivos, hoy también se puedan expresar de nosotros, viendo como nos amamos, respetamos y así reflejemos el amor de Dios a toda la humanidad.

¿Les puedo hacer una pregunta? ¿Son ustedes cristianos? ¿Soy yo un cristiano?
Ser llamados cristianos es un gran privilegio, un gran honor, pero algo más importante... es una gran responsabilidad vivir todos los días de nuestra vida, cualquiera que sea la situación a la altura de ese nombre. ¡Amén!

OLIVER MARTINEZ

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