Thursday, August 26, 2010

Entrevista a la Madre Teresa de Calcuta

Quiero compartir con ustedes este extracto de una de las últimas entrevistas con la Madre Teresa, conducida por Edward W Desmond en 1989 para la revista Time. Los extractos de la entrevista aparecieron en la revista Time y el texto completo de la entrevista apareció en The National Catholic Register.

Espero que esta entrevista sea de inspiración y nos mueva a la reflexión. ¡Bendiciones para todos!

OLIVER MARTÍNEZ

(Entrevista)
Time: ¿Qué ha hecho esta mañana?
Madre Teresa: Orar.
T: ¿A qué hora comenzó?
MT: A las cuatro y media
T: ¿Y después de orar?
MT: Tratamos de orar mientras trabajamos para hacer nuestro trabajo con
Jesús, para Jesús y por Jesús. Eso nos ayuda a poner todo nuestro
corazón y nuestra alma al hacerlo. Los moribundos, los tullidos, los
enfermos mentales, los indeseados, los despreciados, son Jesús
disfrazado.
T: Las personas la conocen a usted como una especie de trabajadora social.
¿Entienden ellas la base espiritual de su trabajo?
MT: No lo sé. Pero les doy la oportunidad de venir y tocar al pobre. Todos
tienen que experimentar eso. Esto es algo completamente increíble en el
mundo, ¿no? Y aún maravilloso. Nuestros voluntarios regresan convertidos
en otras personas.
T: El hecho de que usted sea mujer, ¿Hace que su mensaje sea más
comprensible?
MT: Nunca pienso eso.
T: Pero, ¿No cree usted que el mundo responde mejor a una madre?
MT: Las personas no responden por mi causa, sino a causa de lo que estamos
haciendo. Antes, las personas hablaban mucho acerca de los pobres, pero
ahora más y más personas hablan a los pobres. Esa es una gran
diferencia. El trabajo ha creado esto. Ahora se conoce la presencia del
pobre, especialmente la de los más pobres, los indeseados, los
despreciados, de los que a nadie importan. Antes, nadie se molestaba por
la gente de la calle. Hemos recogido de las calles de Calcuta a 54.000
personas, y de algunos 23.000 han muerto en esa habitación (en Kalighat).
T: ¿Por qué ha tenido tanto éxito?
MT: Jesús se hizo a sí mismo el Pan de Vida para darnos vida. Allí es donde
comenzamos el día, con la misa. Y terminamos el día con adoración al
sagrado sacramento. No creo que podría hacer este trabajo, ni siquiera por
una semana si no tuviese cuatro horas de oración diaria.
T: Tan humilde como es usted, debe ser algo extraordinario ser un vehículo
de la gracia de Dios en este mundo.
MT: Pero es Su trabajo. Creo que Dios quiere mostrar su grandeza al usar a
alguien que es nadie.
T: ¿Es usted nadie?
MT: Estoy muy segura de ello.
T: ¿Siente que no tiene ninguna cualidad especial?
MT: No digo eso. No reclamo nada del trabajo. Es Su trabajo. Soy como el
pequeño lápiz en su mano. Eso es todo. Él piensa. Él escribe. El lápiz no
tiene que hacer nada. Al lápiz solo se le permite ser usado. En términos
humanos, el éxito de nuestro trabajo no tendría que haber sucedido, ¿no?
Esa es una señal de que es Su trabajo, y que Él usa a otros como
instrumentos - a todas nuestras Hermanas. Ninguna de nosotras podría
haber producido esto. Solo vea lo que Él ha hecho.
T: ¿Cuál es el regalo más grande de Dios para usted?
MT: Los pobres.
T: ¿En qué forma son ellos un regalo?
MT: Porque tengo la oportunidad de estar con Jesús 24 horas al día.
T: ¿Ha creado usted aquí en Calcuta, un cambio verdadero?
MT: Creo que sí. Las personas están conscientes de la presencia y también
muchos, muchos hindúes comparten con nosotras. Ellos vienen y
alimentan a las personas y sirven a la gente. Ahora nunca vemos a alguien
que muere tirado en la calle. Se ha creado una conciencia mundial acerca
de los pobres.
T: Más allá de crear los pobres al mundo, ¿Ha comunicado usted algún
mensaje de como trabajar con los pobres?
MT: Usted tiene que hacerles sentir amados y queridos. Ellos son Jesús pan
mí. Creo en esto mucho más que hacer grandes cosas por ellos.
T: ¿Cuál es su mayor esperanza, aquí en la India?
MT: Entregar a Jesús a todos.
T: Pero usted no evangeliza, en la forma convencional del término.
MT: Estoy evangelizando con mis obras de amor.
T: ¿Es esa la mejor manera?
MT: Para nosotros, sí. Para otros, otra. Evangelizo de la forma que Dios quiere
que lo haga. Jesús dijo: “Id y predicad el evangelio a todas las naciones.”
Ahora estamos en muchas naciones predicando el Evangelio por nuestras
obras de amor. "Por el amor que tengáis unos a otros, sabrán que sois mis
discípulos". Esa es la predicación que hacemos, y creo que es mas real.
T: Amigos suyos dicen que esta desilusionada porque su trabajo no ha
producido mas conversiones en esta gran nación india.
MT: Los misioneros no piensan en eso. Ellos sólo quieren proclamar la palabra
de Dios. Los números no tienen nada que ver con ello. Pero las personas
ponen la oración en acción cuando vienen y sirven a las personas.
Constantemente vienen personas para alimentar y servir, muchos, vaya y
vea. Por todas partes las personas están ayudando. No conocemos el
futuro. Pero la puerta ya esta abierta para Cristo. Puede que no haya una
gran conversión así, pero no sabemos lo que ocurre en el alma.
T: ¿Qué piensa del Hinduísmo?
MT: Yo amo todas las religiones, pero estoy enamorada de la mía. Sin
discusión. Eso es lo que tenemos que probarles. Al ver lo que yo hago,
ellos se dan cuenta que estoy enamorada de Jesús.
T: ¿Y deberían ellos amar a Jesús también?
MT: Naturalmente, si quieren paz, si quieren gozo, que encuentren a Jesús. Si
la gente se convierten en mejores hindúes, mejores musulmanes, mejores
budistas por nuestras obras de amor, entonces hay algo que esta
creciendo allí. Ellos se acercan más y más a Dios. Cuando se acercan,
ellos tienen que elegir.
T: Usted y Juan Pablo II, entre otros líderes de iglesia, han hablado en contra
de ciertos estilos de vida de occidente, en contra del materialismo y el
aborto. ¿En qué medida le inquieta?
MT: Siempre digo una cosa: Si una madre puede matar a su propio hijo,
entonces ¿qué falta para que Occidente sea destruido? Es difícil de
explicar, pero es así.
T: Cuando usted habló en la Universidad de Harvard hace algunos años, dijo
que el aborto era un gran mal y la gente la abucheó. ¿Qué pensó cuando
la gente la abucheó?
MT: Se lo ofrecí a Nuestro Señor. Todo es para Él, ¿no? Yo le dejo que diga lo
que Él quiere.
T: ¿Diría usted que estas personas que la abuchearon, también quieren solo
lo mejor para las mujeres?
MT: Puede que sí. Pero nosotros tenemos que decir la verdad.
T: ¿Y cuál es?
MT: No tenemos derecho de matar. "No mataras", es un mandamiento del
Señor. Y más aún, ¿Deberíamos matar al indefenso, a los pequeños?
Usted ve que nos enfadamos porque la gente tira bombas y muchos
mueren. Para los adultos, hay mucha emoción en el mundo. Pero por ese
pequeño en el vientre ¿ni siquiera una palabra? Él ni siquiera puede
escapar. Ese niño es el más pobre de todo el mundo.
T: ¿Es el materialismo en el mundo occidental un problema igualmente serio?
MT: No lo sé. Tengo muchas cosas en las cuales pensar. Oro mucho acerca de
eso pero no estoy ocupada en ello. Tome por ejemplo nuestra
congregación, tenemos muy poco, así que no tenemos nada por que
preocuparnos. Mientras más se tiene, tienes más motivos de preocupación,
y menos das. Pero mientras menos se tiene, se es más libre. La pobreza
para nosotros es libertad. No es mortificación, ni penitencia. Es libertad
gozosa. No hay televisión aquí, ni esto ni lo otro. Este es el único ventilador
en toda la casa. No importa cuanto calor haga, es para los invitados. Pero
estamos perfectamente felices.
T: ¿Qué piensa, entonces, de los ricos?
MT: Creo que son más pobres. A veces están más solos interiormente. Nunca
están satisfechos. Siempre necesitan algo más. No digo que todos sean
así. No todos son iguales. Creo que esa pobreza es difícil de eliminar. El
hambre de amor es mucho más difícil de quitar, que el hambre de pan.
T: ¿Cuál es el lugar más triste que ha visitado?
MT: No lo sé. No puedo recordar. Es aIgo triste ver a personas sufriendo,
especialmente las familias rotas, sin amor, sin cuidado. Es una gran
tristeza; siempre son los niños quienes más sufren cuando no hay amor en
la familia. Esa es la mayor pobreza. Te sientes incapaz. Pero si coges a
una persona muriendo de hambre, le das comida y se acaba.
T: ¿Por qué su orden ha crecido tan rápido?
MT: Cuando le pregunto a los jóvenes por que quieren unírsenos, dicen que
quieren la vida de oración, la vida de pobreza y la vida de servicio a los
más pobres de los pobres. Una chica muy rica me escribió y dijo que por
mucho tiempo había anhelado convertirse en monja. Cuando se nos unió,
dijo, no tendré que dar nada, aún si tuviera que darlo todo. ¿Ve usted? Esa
es la mentalidad de los jóvenes de hoy. Tenemos muchas vocaciones.
T: Ha habido algo de crítica con respecto a la forma que usted y sus
Hermanas viven.
MT: Es lo que hemos escogido. Esa es la diferencia entre nosotras y los
pobres. Porque, ¿Qué nos llevará más cerca de nuestros pobres? ¿Cómo
podríamos ser veraces con ellos si llevamos una vida diferente? Si
tuviéramos todo lo posible que el dinero puede dar, lo que el mundo puede
dar, entonces, ¿Cuál seria nuestra conexión con los pobres? ¿En que
idioma les hablaríamos? Ahora si la gente me dice que hace mucho calor,
puedo decirles venid y ved mi habitación.
T: ¿Tanto calor?
MT: Mucho más aún, porque hay una cocina debajo. Un hombre vino y se
quedo como cocinero en la casa de los niños. Anteriormente había sido
rico pero ahora era muy pobre. Lo había perdido todo. Él vino y me dijo:
“Madre Teresa, no puedo comer esa comida." Le dije, "Yo la como cada
día." Él me miró y dijo: “¿Usted también la come? Pues bien yo la comeré
también.” El se quedó muy feliz. Ahora, si yo no pudiera decirle la verdad,
ese hombre habría quedado amargado. Él nunca hubiera aceptado su
pobreza. Él nunca hubiera aceptado comer esa comida cuando estaba
acostumbrado a otro tipo de alimentos. Eso le ayudo a perdonar, a olvidar.
T: ¿Cuál es el lugar más feliz que usted ha visitado?
MT: Kalighat. Cuando las personas mueren en paz, en el amor de Dios, es una
cosa maravillosa. Ver a nuestros pobres felices, juntos con sus familias,
estas son cosas maravillosas. El verdadero pobre conoce lo que es el
gozo. Hay personas que dirían que es una ilusión pensar que los pobres
puedan ser gozosos, que se les deberían dar casas, levantarles. Lo
material no es lo único que produce gozo. Algo mayor que eso, el profundo
sentido de paz en el corazón. Ellos están contentos. Esa es la gran
diferencia entre el rico y el pobre. ¿Pero que pasa con aquellos que son
oprimidos? ¿Quién se aprovecha? Siempre habrá personas así. Por eso es
que debemos venir y compartir el gozo de amar con ellos.
T: ¿Debería ser el rol de la iglesia, solo hacer de los pobres tan gozosos en
Cristo como puedan?
MT: Usted y yo somos la iglesia, ¿no? Tenemos que compartir con nuestra
gente. El sufrimiento hoy es porque la gente acapara, y no da, no
comparte. Jesús lo hizo muy claro. Todo lo que hagáis al más pequeño de
mis hermanos, a mí me lo hacéis. Si dais un vaso de agua, a mí me lo dais.
Si recibís a un niño pequeño, a mí me recibís. Claro.
T: Si usted hablase a un líder político que pudiera hacer más por su pueblo,
¿le diría que es lo mejor que podría hacer?
MT: Yo no lo diría así. Diría comparte el gozo de amar con tu pueblo. Porque un
político no puede alimentar de la forma que yo lo hago. Pero él debería
tener claridad en sus ideas para dar normas apropiadas y leyes justas para
ayudar a su pueblo.
T: Mi trabajo es mantener honestos a los políticos, y su trabajo es compartir el
gozo con los pobres.
MT: Exactamente. Y tiene que ser por el bien de las personas y para la gloria
de Dios. Esto será verdaderamente fructífero. Como un hombre que me
dijo, usted esta malcriando a la gente al darles el pez para comer. Yo le
dije, mi gente ni siquiera puede estar de pie, menos aun puede sostener
una cana. Pero les daré el pez para que coman, y cuando estén lo
suficientemente fuertes, se los enviare a usted. Y usted les dará la cana
para que pesquen. Esa es una hermosa combinación, ¿no?
T: Las monjas feministas católicas a veces dicen, que usted debería gastar
sus energías en hacer que el Vaticano ordene mujeres.
MT: Eso no me llega.
T: ¿Que piensa del movimiento feminista entre las monjas en occidente?
MT: Creo que deberíamos estar más ocupados con nuestro Señor que en todo
eso, más ocupados con Jesús y predicar su palabra. Lo que una mujer
puede dar, ningún hombre puede darlo. Por eso es que Dios los ha creado
en forma separada. Monjas, mujeres, cualquier mujer. La mujer fue creada
para ser el corazón de la familia, el corazón de amor. Si perdemos eso, lo
perdemos todo. Ellas dan ese amor en la familia o lo dan en el servicio, eso
es que está la creación.
T: El mundo quiere saber más acerca de usted.
MT: No, no. Que vengan a conocer a los pobres. Quiero que amen a los
pobres. Quiero que traten de encontrar a los pobres en sus propias familias
primero, para traer paz y gozo y amor primero en la familia.
T: Malcom Muggeridge dijo una vez que si usted no se hubiera convertido en
una monja y no hubiera encontrado el amor de Dios, usted sería una mujer
muy dura. ¿Cree usted que eso es verdad?
MT: No lo sé. No tengo tiempo para pensar en esas cosas.
T: Las personas que trabajan con usted dicen que usted es imparable. Que
siempre obtiene lo que se propone.
MT: Eso es verdad. Todo por Jesús.
T: ¿Y si tuvieran un problema con eso?
MT: Por ejemplo, recientemente fui a una persona que no me daba lo que yo
necesitaba. Le dije, Dios le bendiga, y me marché. Él me llamó y dijo ¿qué
diría si le doy eso? Le dije, le diría, "Que Dios le bendiga" con una gran
sonrisa. Eso es todo. Entonces él dijo luego; venga, se lo daré. Debemos
vivir la simplicidad del evangelio.
T: Una vez usted se encontró con Haile Mariam Mengistu, el temido líder
comunista de Etiopía y ateo reconocido. Usted le preguntó si hacía sus
oraciones ¿Por qué se arriesgo así?
MT: Él es un hijo más de Dios. Cuando fui a China, uno de los mas altos
oficiales me preguntó, "¿Qué es un comunista para usted?" Le dije, "un hijo
de Dios". Luego a la mañana siguiente los periódicos informaban que la
Madre Teresa decía que los comunistas son hijos de Dios. Yo estaba feliz
porque después de mucho, mucho tiempo el nombre de Dios estaba
impreso en los diarios en China. ¡Precioso!
T: ¿Ha tenido temor alguna vez?
MT: No. Sólo temo ofender a Dios. Todos somos seres humanos, esa es
nuestra debilidad ¿no? El diablo haría cualquier cosa para destruirnos,
para alejarnos de Jesús.
T: ¿Dónde ve usted al diablo trabajando?
MT: En todas partes. Cuando una persona está anhelando acercarse a Dios, él
pone tentación en el camino para destruir el deseo. El pecado viene de
todas partes, en los mejores lugares.
T: ¿Cuál es su mayor temor?.
MT: Tengo a Jesús, no tengo ningún temor.
T: ¿Cuál es su mayor desilusión?
MT: Hago la voluntad de Dios, ¿no? Al hacer la voluntad de Dios no hay
desilusión
T: ¿Llegan a ser más fáciles su trabajo y su vida espiritual, con el tiempo?
MT: Si, mientras más cerca estamos de Jesús, más fácil se convierte el trabajo.
Porque conoces para quien lo haces, con quien lo haces y por quien lo
haces. Eso es muy claro. Por eso es que necesitamos un corazón limpio
para ver a Dios.
T: ¿Cuáles son sus planes para el futuro?
MT: Sólo vivo un día a la vez. El ayer se ha ido. El mañana no ha llegado.
Tenemos solo hoy para amar a Jesús.
T: ¿Y el futuro de la orden?
MT: Es de Su cuidado!

(Fin de la Entrevista a la Madre Teresa de Calcuta Time Magazine, 1989)

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